Hoy
seguramente oiréis o leeréis que se cumplen dieciséis años de la muerte
de Miguel Ángel Blanco. Fue secuestrado por miembros de ETA y
posteriormente asesinado. Le dispararon en la cabeza y falleció al día
siguiente (13 de julio de 1997). Tenía 29 años. Calles, plazas, parques y
centros públicos llevan su nombre. Una influyente fundación mantiene
viva su memoria, y numerosos monumentos y estatuas levantados en su
recuerdo salpican la geografía española.
Diecisiete
años antes, el 1 de febrero de 1980, murió Yolanda González. Fue
secuestrada por miembros de Fuerza Nueva y posteriormente asesinada. Le
dispararon dos tiros en la cabeza. Tenía 19 años. Ningún lugar, ningún
espacio, ningún “espíritu” lleva su nombre; ningún hito, ninguna placa
la rememora…
Indignados
por la noticia de que su asesino colabora desde hace años con los
cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, familiares y amigos de
Yolanda han iniciado una campaña de denuncia de ese hecho y han
promovido un modesto homenaje en las proximidades de la que fue su
vivienda, en el barrio de Aluche, en Madrid.
El
emotivo acto tuvo lugar el pasado día 30 de junio en el lugar más
emblemático de esa barriada: la plaza existente en la estación de Metro
homónima. De forma original y conmovedora, en lugar de erigir un
memorial al uso o instalar una efigie, los organizadores decidieron adoptar simbólicamente “la Niña” como personificación de Yolanda.
La
Niña es una estatua de bronce, de cuerpo entero y tamaño natural, que
representa a una joven estudiante -como lo era Yolanda- que camina
portando en sus manos un libro abierto. Fue instalada hace años en esa
plaza, al igual que otras figuras, que representan diferentes oficios y
actividades, repartidas por la ciudad de Madrid, sin mayor intención
memorial.
De este modo, desde hace pocas fechas, una pequeña placa insertada en el pavimento a los pies de la escultura, recuerda “A Yolanda González y a todos los asesinados por el fascismo. No os olvidamos. 30 de junio de 2013”.
Celebramos emocionados la colocación de este singular “stolpersteine”.
Que
la explanada donde se encuentra La Niña limite con el oficialmente
denominado Parque Carlos Arias Navarro, que sea el punto donde comienza
la Avenida del General Fanjul y que, a poco más de 200 metros se
encuentre el solar degradado del Lugar de Memoria de Carabanchel es un
reflejo sintomático de cual es la historia oficial de nuestro pasado más
reciente y justifica aún más la necesidad que tiene este país de
disponer de un espacio memorial, a la vez que divulgativo, que rescate
del olvido historias como las de Yolanda.
Mientras
tanto, como dijo el inolvidable Labordeta, en España seguirá habiendo,
incluso entre las víctimas, “caballeros mutilados y putos cojos”.
Notícia estraída de: http://salvemoscarabanchel.blogspot.com.es/2013/07/hoy-seguramente-oireis-que-se-cumplen.html