Crónica de la entrega de carnets

. jueves, 17 de febrero de 2011
  • Agregar a Technorati
  • Agregar a Del.icio.us
  • Agregar a DiggIt!
  • Agregar a Yahoo!
  • Agregar a Google
  • Agregar a Meneame
  • Agregar a Furl
  • Agregar a Reddit
  • Agregar a Magnolia
  • Agregar a Blinklist
  • Agregar a Blogmarks





El domingo pasado celebramos el tradicional acto de entrega de carnets, al que asistimos uno@ cuarenta y tantos camaradas, que tras las intervenciones de los responsables políticos de la UJCE, de la Agrupación de Latina, y del secretario general del PCM, disfrutamos de unos aperitivos, abundantes en cantidad y calidad.

Como señaló el responsable político de la Agrupación, los motivos para asistir a este acto no escasean: “Estamos aquí porque no nos es indiferente que se despida a trabajadores, se recorten los salarios, se congelen las pensiones, que haya pobreza y hambre, o que se pisoteen los derechos de las personas aquí o en cualquier lugar del mundo. Nos encontramos aquí porque nos indignan las injusticias y no nos resignamos a que nos arrebaten el derecho a un trabajo digno, el derecho a la vivienda, a la educación, a la salud y a la cultura, incluso a una jubilación decente después de toda una vida de trabajo. Estamos aquí porque no nos conformamos con la enumeración de las desigualdades y nos sentimos comprometidos con el reparto justo de la riqueza que creamos los trabajadores con nuestras manos y con nuestra inteligencia. Estamos aquí, sencillamente, porque nos emocionamos cuando por muy lejos que sea se alza una bandera exigiendo libertad, porque queremos cambiar las cosas, derribar el muro de la injusticia. Todo esto significa que somos comunistas, gente que militamos con la idea de construir un mundo mejor, por más que los dominadores aseguren que todo seguirá igual. Somos como "El sastre de Ulm", ese poema de Bertolt Brecht, en realidad una parábola sobre el comunismo, en el que explica que, en el siglo XVI, un sastre de esta ciudad alemana a orillas del Danubio, se empeñó en pasar el río volando con unas alas de su fabricación, para demostrar así que los seres humanos podían volar. Se estrelló y las autoridades de Ulm se burlaron de ello. Siglos más tarde volar sería posible para los humanos. También, aunque nos digan los poderosos de hoy que no es posible, aunque nos derroten muchas veces, la aspiración de libertad, de igualdad, el socialismo, podemos hacerlo realidad. Camaradas, como dijo Marcelino Camacho, y pone en el carnet del PCE de este año, “ni nos domaron, ni nos doblaron ni nos van a domesticar”.

ir arriba