Informe Asamblea IU de Latina - 15 de julio

. viernes, 16 de julio de 2010
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Parafraseando el Manifiesto Comunista podríamos decir que un fantasma recorre Europa. Lamentablemente no es el mismo del que hablaban Marx y Engels, sino de su contrario, el neoliberalismo.

Este fantasma, lejos de pretender el progreso de la Humanidad, busca retrotraer la Historia al siglo XIX. Se trata de desmantelar el denominado Estado de Bienestar, arrebatarnos la seguridad social y las pensiones, la sanidad, la educación y demás servicios públicos, por la vía de la privatización y precarización al máximo de las condiciones laborales, de individualizar las relaciones laborales y debilitar, mejor dicho, eliminar, los sindicatos y a la izquierda en general.

Esta afirmación viene a cuento de importantes decisiones adoptadas por el Gobierno. Podemos destacar varios momentos: anuncio de ampliación de la edad de jubilación de los 65 a los 67 años; subida del impuesto más injusto, el IVA a partir de julio; plan de ajuste por el cual se congelan las pensiones, se reducen los sueldos de los empleados públicos, Reforma Laboral, que supone un despido más fácil y barato, concede más poder a los empresarios y, en definitiva, recorta los derechos de los trabajadores y trabajadoras. A lo que hay que añadir, en los últimos días, una reforma de las Cajas de Ahorros que va a suponer su privatización.

Estas medidas demuestran que el Gobierno español sigue servilmente las directrices de los empresarios. Han puesto de manifiesto que quien dirigen realmente los Gobiernos no son los que los pueblos han elegido, sino los consejos de administración de las multinacionales, de los bancos y los fondos de inversión, que han dado un golpe de estado a la democracia. El poder económico detenta el poder real, mientras los Gobiernos, el poder político, obedece.

Estos han implantado la ley de la selva, en la que los más débiles pagan las consecuencias mientras que los más fuertes se aprovechan de la crisis que ellos mismos han provocado. Congelación de las pensiones, reducción salarial y reforma laboral son tres claros ejemplos de que el Gobierno se ha puesto de rodillas ante los deseos de los especuladores, y que justifican la convocatoria de huelga general.

¿Qué supone la Reforma Laboral?

En primer lugar, hace más fácil, rápido y barato el despido individual y colectivo.

Más fácil porque bastará que la empresa alegue indefinidos problemas económicos (caída de ventas, pérdidas económicas coyunturales) para declarar procedente el despido, cuando antes se necesitaba justificar con un plan de viabilidad o ERE que los despidos son necesarios para la supervivencia de la empresa. Se aprueba así una especie de “despido preventivo”, cuyas causas pueden ser tan falsas como las de la “guerra preventiva” contra Iraq.

Al facilitarse y simplificarse el despido por causas objetivas los controles judiciales y administrativos se reducen al mínimo, y además se extenderá la indemnización por despido de 20 días por año (máximo 12 meses) en detrimento de la de 45 días por año trabajado (máximo 42 meses).

Más rápido porque se acortan los plazos de preaviso para el despido (baja de 30 a 15 días, lo que además supone en la práctica una pérdida de 15 días de salario).

Saltarse sus trámites legales (comunicación escrita, información a la representación legal o pago inmediato de la indemnización), ya no es causa de nulidad.

Se eliminan los salarios de tramitación – los que van desde que se despide hasta que hay una sentencia - si el empresario reconoce la improcedencia del despido.

Más barato también porque, además de las facilidades para despedir con una indemnización de 20 días, se pretende generalizar el contrato de fomento del empleo, con 33 días de indemnización por despido, con lo que los contratos ordinarios (45 días de indemnización) se convierten en un contrato a extinguir. El contrato de fomento del empleo tiene además importantes bonificaciones en la cuota empresarial de la Seguridad Social, con lo cual éstos cotizarán menos y el Estado ingresará menos.

Por si fueran pocas facilidades, el empresario recibe otro magnífico regalo que abarata aún más el despido, consigue que 8 días de la indemnización por despido los pague el FOGASA con fondos públicos, es decir, que todos subvencionemos el despido en los expedientes de regulación de empleo (ERE) y por los despidos objetivos sea cual sea el contrato del trabajador.

La Reforma da mayor poder a los empresarios al posibilitar que las empresas, de forma unilateral, puedan romper más fácilmente las condiciones salariales y de trabajo (horarios, movilidad geográfica, funcional…) pactadas en el convenio colectivo.

Se debilita la negociación colectiva mediante las facilidades para el descuelgue de las empresas del convenio colectivo, lo que sin duda harán muchas y el resto las seguirán para competir con mano de obra más barata y con más jornada de trabajo.

Esto producirá fragmentación y división entre los trabajadores, y la sustitución del convenio por la individualización de las condiciones laborales. Es decir, la instauración del paraíso neoliberal, un mundo sin derechos ni reglas que regulen las relaciones laborales, sin organización colectiva de los trabajadores para la defensa de sus intereses, un mundo en el que dependamos de la “compasión” de los empresarios, cuando ya sabemos que éstos si se distinguen por algo es por la codicia y por imponer las desigualdades y la injusticia.

La Reforma supone más precariedad laboral y más deterioro de lo público porque permite que operen las Empresas de Trabajo Temporal (ETTs) en los sectores de la construcción y la administración pública, sectores hasta ahora vedados.

Asimismo, abre la puerta a las agencias privadas de colocación con ánimo de lucro, lo que en la práctica es el inicio de la privatización de los servicios públicos de empleo (INEM).

Las empresas de colocación pueden alcanzar el status de colaboradores de la Administración, lo que se traducirá en que puedan realizar sus mismas funciones, extendiéndose la experiencia de la sanidad, la escuela o los servicios de dependencia concertados a más ámbitos. Un ataque a lo público en toda regla.

En definitiva, el único objetivo de la reforma laboral es aumentar los beneficios empresariales abaratando y facilitando el despido, empeorando los salarios, las condiciones de trabajo y recortando los derechos de los trabajadores. Y, por supuesto, abriendo nuevos campos de negocio en espacios hasta ahora reservados a lo público.

Ahora bien, si la reforma lesiona gravemente los derechos de los trabajadores, el Gobierno espera endurecerla aún más durante su tramitación parlamentaria con las aportaciones de la derecha más conservadora estatal y, principalmente, la catalana.

Ante esto sólo cabe la movilización y la lucha, el éxito de la huelga general. Estamos en una situación que recuerda lo descrito en el famoso poema que dice:

Primero vinieron por los comunistas y no dije nada porque yo no era comunista.
Luego vinieron por los judíos y no dije nada porque yo no era judío.
Luego vinieron por los sindicalistas y no dije nada porque yo no era sindicalista.
Luego vinieron por los católicos y no dije nada porque yo era protestante.
Luego vinieron por mí, pero para entonces ya no quedaba nadie que dijera nada.”

En efecto, primero cinco millones de pensionistas vieron congeladas sus pensiones, es decir, las vieron rebajadas, salvo que alguien crea que los precios de los alimentos, las medicinas, el transporte, etc. que pagan los pensionistas no han y van a subir; después, tres millones de empleados públicos vieron reducidos una media del 5% sus salarios; después les tocó a los trabajadores de empresas privadas con capital público, como los del Metro, y ahora, con la Reforma, vienen a por el resto. Sólo que a diferencia del poema somos muchos los que estamos dispuestos a protestar y luchar.

No hay que caer en la pasividad ni en la desesperanza. Todos nuestros recursos para que la huelga general sea un éxito. En coordinación con el resto de la organización, tenemos que trabajar para que la huelga general sea un éxito. En este sentido, tenemos que garantizar, al menos, las siguientes medidas:

- Celebración de un acto informativo con sindicalistas de CCOO en apoyo a la huelga en la 1ª quincena de septiembre.

- Caravana de coches con megafonía en septiembre.

- Instalación de mesas para el reparto de propaganda.

- Envío de artículos de opinión a prensa del distrito.

- Inauguración nueva página web con apoyo a la huelga.

- Contacto con AAVV y AMPAS.

José Antonio Picas
Coordinador Consejo Político
Asamblea IU de Latina

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